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26/01/2022  - UX/UI Design

Por qué friends triunfa, incluso con las odiosas risas enlatadas

No soporto las risas enlatadas en las series de televisión, de nunca ¿Por qué una serie tiene que indicarme en qué momento me tengo que reir en vez de dejarme la libertad de reirme cuando quiera? Esta, hasta ayer, era una duda que cada vez que ponía neox (as known as friends) me generaba una extraña sensación de amor-odio. Y digo hasta ayer porque acabo de descubrir el por qué de su existencia.Resulta, que las risas enlatadas no están ahí porque sí. Todo viene por la solución que aportó Bill Morrow, guionista de un programa de radio de los años cuarenta de EEUU, que ante la evidencia de que el programa no era lo suficientemente gracioso, decidió introducir esta recurrente banda sonora. ¿Por qué funciona este molesto soniquete? Por el mismo motivo que al llegar a una ciudad nueva te paras a comer en el restaurante que más gente tiene, acabas leyendo el libro que aparece en la lista de más vendidos o acabas viendo “El juego del calamar”, aún teniendo una lista enorme de películas que quieres ver. Por el efecto arrastre. Por los sesgos cognitivos¿Qué son los sesgos cognitivos? En primer lugar, hay que entender que provienen de una mera cuestión evolutiva del ser humano. Aparecen por simple necesidad, para poder dar una respuesta ágil a escenarios o situaciones en las que de otro modo resultaría imposible procesar, de forma analítica y racional, tal cantidad de estímulos y de información. Situaciones en las que una respuesta inmediata es más valiosa, en términos de supervivencia, que una respuesta meditada. La primera aparición de los sesgos mentales tal y como los conocemos hoy en día, fue en 1972 de la mano de Daniel Kahneman y Amos Tversky, quienes se dieron cuenta que existían ciertos patrones en los que las decisiones difieren de lo previsible, de lo racional. A partir de este descubrimiento, definieron el procesamiento heurístico como clave para poder encontrar una explicación. Se basa en atajos mentales, motivaciones o influencias sociales que hacen que nos decantemos por una solución, aún siendo ésta la más ilógica de las opciones. Son el piloto automático del cerebro. No sabemos por qué hacemos algo, pero lo hacemos. Que levante la mano el que no haya ido conduciendo nunca con cerebro en punto muerto y haya tomado el camino que coge todos los días, aún queriendo ir a una dirección en sentido contrario. Ética y sesgos cognitivos Este mecanismo del cerebro que surge para no estar 24/7 analizando información, se ha convertido en un arma de doble filo. Estrategias de publicidad y marketing aplican dichos sesgos a sus campañas, consiguiendo que acabemos comprando o consumiendo el producto en cuestión de su marca. Y es que, como indica Daniel Kahneman:
“No sólo somos irracionales, sino previsiblemente irracionales” 
No sólo el marketing se favorece de la existencia de estos sesgos, la experiencia de usuario y el diseño de interfaces también los utiliza. El punto de valor de estos sesgos del que se alimenta UX/UI es utilizar un diseño centrado en los usuarios para garantizar una buena experiencia. Y esta, además de depender de las experiencias previas y del contexto del usuario, depende de la carga cognitiva que conlleva el diseño. La simplicidad en el diseño, en el proceso, reduce la carga cognitiva y el esfuerzo por parte de los usuarios, y mejor será la experiencia. Y es que, y una vez más, citando a Kahneman:
“Entender cómo piensa el usuario es importante para no hacerle pensar”. 
Sesgos en UX/UI Algunos de los sesgos que tenemos que tener en cuenta como perfiles UX/UI son el sesgo de anclaje, redacción, denominación o aversión a la pérdida. Hay muchísimos, estos son sólo una pequeña muestra de ellos. Sesgo de anclaje
El sesgo de anclaje se basa en confiar en el primer aspecto que vemos, olvidándonos de lo que viene después. Este aspecto hay que cuidarlo en las pruebas de usuario, donde los usuarios quizá prefieran la primera opción mostrada simplemente por eso, por ser la primera.Sesgo de redacción
Sesgo de redacción (o de respuesta): A la hora de escribir un texto, como un formulario en el que preguntamos cuán difícil ha sido algo, insinuamos en cierto modo que era difícil. Desde el perfil UX, este sesgo puede tirar por la borda el trabajo de investigación, por lo que extremar el cuidado del tono con el que se lanzan este tipo de preguntas es primordial para no influir en el usuario.
Sesgo de denominación
El sesgo de denominación, indica que somos más propensos a comprar un servicio cuando aparece en pequeñas cantidades que si por el contrario aparece como una cifra grande global. “¡Compra este móvil por sólo 10,99 euros al mes!” Sí, pero, ¿por cuántos meses? Sesgo de aversión a la pérdida
El sesgo de aversión a la pérdida hace que valoremos más un producto ante el temor de perderlo. Ni confirmo ni desmiento que haya comprado más de una vez por la ansiedad que genera leer, “Date prisa, solo queda un artículo disponible y hay 34 personas viéndolo”. Sí soy. 
Los sesgos mentales están presentes en la gran mayoría de decisiones que tomamos cada día, de forma consciente o inconsciente. Usarlos de forma ética y responsable también está en nuestras manos como diseñadores de experiencias. ¿Qué por qué triunfa Friends incluso con las odiosas risas enlatadas? Porque es la mejor serie de la historia. 

Artículo escrito por Carmen de Agustín del Burgo
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