5 consecuencias del robo de identidad a las que se enfrentan las empresas en 2022
En infinidad de ocasiones, cuando se hace referencia al robo de identidad, la primera cosa que se nos viene a la cabeza es el perjuicio que provoca de manera individual. Aquellas personas que lo sufren, acaban por pagar gastos que no efectuaron, hacerse cargo de créditos que no pidieron o incluso pueden ser acusados de delitos que no cometieron.Los ciberdelincuentes cuando roban la identidad de los usuarios, acceden a información personal o sensible como puede ser: el número de la Seguridad Social o datos de cuentas bancarias. Una vez se hacen con esos datos, asumen la identidad de una persona real y logran cometer diferentes tipos de fraude en su nombre.
Visto así, en personas individuales, resulta sencillo observar la afectación por este tipo de ciberdelito, y la afectación que provoca en ellas: estrés, ansiedad, problemas emocionales, etc. Sin embargo, las empresas y organizaciones también sufren este tipo de ataques en su seguridad informática, con la fuga de datos por ejemplo, la empresa o institución no solo pierde datos sensibles y confidenciales, las consecuencias son aún mayores.
Vamos a ver de qué manera la industria del robo de identidad afecta negativamente a las empresas en cualquier punto del planeta.
Pérdida de reputación
Probablemente, cualquiera se pensaría bien si establecer relaciones comerciales o de negocios con una empresa que ha sido atacada recientemente por ciberdelincuentes y que, por ejemplo, ha perdido los datos de sus clientes. De inicio esto provoca una desconfianza, ya que, “si han robado los datos de otros, también pueden robar los míos”.
Tanto los clientes como los socios comerciales huyen de las empresas que han sido víctimas de estas brechas en la Ciberseguridad. Además, carecen de importancia los motivos por los que el ciberataque tuvo éxito. La reputación de esa empresa caerá por los suelos llevándola, en ocasiones, a su desaparición.
Para evitar que esto suceda, es clave trabajar la prevención y para ello, es imprescindible contar con expertos en Ciberseguridad en las empresas u organizaciones, adelantándose a cualquier problema que pudiese surgir o en el caso de que por cualquier motivo suceda, minimizar las consecuencias.
Es necesario lo que se conoce como seguridad multicapa y la protección contra el fraude de identidad capacitando, además, a los empleados sobre los protocolos relacionados con la seguridad informática.
Pérdida de ingresos
El primer efecto tras un robo de datos o suplantación de identidad, es la pérdida de ingresos. Durante el ataque, habitualmente, no se tendrá acceso a utilizar los sistemas a pleno rendimiento o directamente serán inutilizados. En función de su actividad, esto tendrá como consecuencia la pérdida de clientes, producción o productividad (variando en función del tiempo de inactividad, etc.)
Una vez se haga público el ataque (es obligatoria la notificación a todos aquellos que puedan verse afectados por este ciberdelito), algunos clientes y socios retirarán su apoyo a la organización.
Pérdida financiera
Otro de los grandes problemas, es que la empresa no solo perderá los ingresos propios del ataque de los hackers, también puede tener la obligación de efectuar una compensación económica a los clientes afectados. Tendrá que invertir en mejores medidas de seguridad y enviar un informe completo de la investigación del suceso a las autoridades competentes.
En función de la gravedad del ciberataque, también puede ser sancionado con una multa por no respetar el GDPR (Reglamento General de Protección de Datos) u otras regulaciones de privacidad de datos. Sin contar con que, probablemente, la empresa deba pagar los honorarios legales.
Pero, además, una infracción puede impactar terriblemente en el precio y el valor de las acciones de la empresa, lo que supondrá más pérdidas.
Pérdida de propiedad intelectual
Los hackers también atacan a empresas por su propiedad intelectual (diseños, planos, estrategias, etc.). Lo hacen para vender esta información en la Dark Web a empresas de la competencia.
Intervención desde “dentro”
Es complicado conocer la fuente o cuál ha sido el punto débil que ha llevado a la filtración de datos. En muchos casos, el ataque se produce debido al bajo nivel de medidas de seguridad en la empresa. Sin embargo, aquellas que cuentan con buenos protocolos de seguridad informática, siempre pueden tener una brecha sobre la que pueden no tener vigilancia y control: el factor humano (empleados, colaboradores etc.).
En estos casos se lleva a cabo una investigación interna que pueda identificar los dispositivos y los usuarios que podrían haber abierto esa grieta por la que, finalmente, se colaron los ciberdelincuentes, si fue algo intencionado, una negligencia o falta de conocimiento por parte de la persona responsable.
Esto provoca auténticos problemas en las relaciones de confianza entre empleadores y empleados. El entorno de trabajo se torna hostil, la productividad acaba por derrumbarse y, en ocasiones, las personas más válidas de la empresa, acaban por abandonar el barco.
Todos estos motivos, han hecho que un gran número de empresas tengan la intención de contratar expertos en Ciberseguridad que puedan adelantarse a todos estos problemas y les aporten la tranquilidad necesaria en este ámbito.
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